La sensibilidad dental
es un síndrome doloroso que puede llegar a ser de carácter crónico con
situaciones de dolor agudo, a veces muy molesto.
Este dolor transitorio
es derivado de la exposición de la dentina a estímulos químicos,
osmóticos, térmicos o táctiles y que no pueden ser asociados a ni un
otro tipo de patología dental.
En algunas personas la hipersensibilidad
es tolerable, mientras que en otras es un problema que afecta su calidad
de vida, hábito de higiene oral e incluso a su dieta.
La ausencia
de atención a los dientes sensibles puede derivar en otros problemas
bucales. Esto ocurre frecuentemente cuando el dolor no permite
cepillarse los dientes, y por lo tanto, se es más vulnerable a padecer caries y enfermedad de encías.
Si tiene malestares en los dientes al ingerir cierto tipo de alimentos, consulta tu dentista.
Los dientes sensibles son un problema muy común que se presenta en 1 de cada 7 personas. Los dientes
con mayor prevalencia de hipersensibilidad son los caninos y los
premolares, mientras que, los molares son los dientes con menos
prevalencia de sensibilidad dental. Las personas de entre 20 y 40 años
de edad son los que presentan mayor incidencia de sensibilidad dental y
las mujeres la padecen con más frecuencia que los hombres.
En
condiciones normales, cuando el diente está en su posición normal, sólo
el esmalte está en contacto con el medio oral y el margen gingival está
situado en la unión entre esmalte y cemento.
Cuando el cemento o la dentina quedan expuestos a causa de la recesión
gingival o de la pérdida de esmalte, un estímulo externo táctil, térmico
o químico puede desencadenar esta sensación dolorosa, que en
condiciones normales no causaría ninguna molestia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario