Durante
la vida de la mujer, y principalmente por razones hormonales, hay
periodos en concreto (pubertad, embarazo, menopausia…) en los que las
encías van a estar más susceptibles a la inflamación y, por lo tanto, se
eleva el riesgo de sufrir enfermedades bucales. Una adecuada estrategia
preventiva, diseñada por el dentista o el periodoncista, minimizará
estos riesgos.
Pubertad
En la pubertad pueden desarrollarse signos marcados de inflamación en las encías, sin un aumento claro en los niveles de placa bacteriana. Se denomina gingivitis puberal y está asociada a los incrementos de las hormonas sexuales, estrógenos y progesterona, que ocurren alrededor de los 12 años.
Ocasionalmente, algunas mujeres presentan una gingivitis menstrual, que les provoca sangrado e inflamación en las encías con tono rojo brillante, así como úlceras en los carrillos. La gingivitis menstrual ocurre justo antes de la menstruación y desaparece una vez que esta ha empezado.
La eliminación de la placa bacteriana mediante instrucciones de higiene adecuada y/o profilaxis dental (limpieza de boca) son factores clave para controlar los síntomas.
Anticonceptivos
También la toma de anticonceptivos puede tener repercusiones directas sobre la salud bucodental. Los anticonceptivos orales están compuestos por hormonas sintéticas similares a los estrógenos y progesterona. El incremento en los niveles de estas hormonas puede producir un aumento de la inflamación de las encías, que si se mantiene en el tiempo puede conducir a daños irreversibles en los tejidos que rodean y sujetan a los dientes. Por ello, es recomendable que las mujeres que tomen anticonceptivos orales mantengan un control estricto de su salud bucodental.
Embarazo
La inflamación de las encías aumenta durante la gestación y suele desaparecer habitualmente tras el parto, lo que se conoce como gingivitis del embarazo o gravídica. Aunque es muy frecuente, los estudios actuales muestran que menos del 1% de las embarazadas manifiestan gingivitis gravídica si al empezar el embarazo no presentan gingivitis; sin embargo, si se tiene inflamación gingival antes del embarazo, la frecuencia de aparición aumenta hasta el 36%-100% de los casos. Si la mujer embarazada tiene gingivitis o periodontitis previa al embarazo, se eleva el riesgo adicional de que haya resultados adversos del embarazo, principalmente parto prematuro o bebé de bajo peso. Se calcula que el riesgo de parto prematuro puede llegar a triplicarse si la madre tiene periodontitis (el riesgo oscila entre 2,30 y 5,28, según los estudios).
Una adecuada técnica de higiene bucal (utilización frecuente de cepillo dental, cepillos interdentales y/o seda dental) es fundamenal, no solo para reducir a la mínima expresión la gingivitis, sino para prevenir la aparción de posibles efectos adversos en el embarazo.
Menopausia
En la menopausia se reducen tanto los niveles de estrógenos (disminuyendo el efecto antiinflamatorio de estas hormonas en la encía) como de progesterona (reduciéndose la densidad ósea y apareciendo la osteoporosis). El déficit estrogénico produce alteraciones significativas en los tejidos de la boca, con una menor secreción y cambios en la composición bioquímica de la saliva y desórdenes en la flora bucal. Habitualmente, en la mujer menopáusica se pueden apreciar trastornos periodontales como la gingivitis atrófica (con una palidez anormal), gingivoestomatitis posmenopáusica (encías brillantes y secas, sangrado fácil y color que varía entre pálido y rojizo) y malestar bucal, con sensación de quemazón, sequedad y mal sabor (síndrome de boca ardiente).
Artículo elaborado por la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración
Más información en www.sepa.es
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