Una de las mayores preocupaciones de los padres cuando acuden con sus hijos al dentista es la posición de sus dientes. Siempre hay algún diente chueco o que no acaba de salir o de caerse. Y se sorprenden que les digamos que esperen como si no pasará nada.
Ya en dentición temporal, los dentistas podemos preveer si el niñ@ precisara de Ortodoncia.
Si los dientes de leche están muy
juntos, sin espacios entre ellos o incluso montados, en el momento que
comience el recambio dentario con la sustitución de los incisivos de leche por los definitivos, que son más grandes, aparecera el apiñamiento.
Es cuando yo ya aconsejo a los padres que comiencen a ahorrar para la futura Ortodoncia del niñ@.
No todos los niñ@s son iguales ni todas las maloclusiones. Según que tipo de maloclusión, tiene un enfoque terapeútico diferente.
Hay unas maloclusiones a tratar urgentemente, como son las de compresion del paladar (mordidas cruzadas) que estan estrechamente vinculadas con el crecimiento transversal del maxilar superior y que hay que aprovechar cuando el niñ@ está en crecimiento. Así que con 5-6 años al niñ@ le estamos colocando un expansor maxilar para solucionar el problema ya.
Hay maloclusiones de origen esqueletal (Clases II, III) que esperamos a tratar en el pico de crecimiento puberal del niñ@ para aprovechar la mayor eficacia del aparato funcional.
Otras maloculsiones las resolvemos cuando han erupcionado todos los dientes, entorno a los 12 años de edad, para reacomodarlos, como los apiñamientos.
El dentista de cabecera, es el primero que supervisará la boca del niñ@ y sabra aconsejar cuando hay que iniciar tratamiento ortodontico o consultar con especialista en Ortodoncia (ortodoncista).
Mientras tanto, que no cunda el pánico.
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