Las sonrisas son más que demostraciones de placer.
Investigaciones psicológicas revelan 10 maneras de usar las sonrisas para tu
beneficio.
La gente siempre está
sonriendo, especialmente en grupos, pero no es solamente una señal de que están
felices. Los humanos usamos sonrisas para propósitos sociales específicos
porque envían varias señales que pueden sernos útiles1.
Aquí hay 10 formas de
usar la sonrisa para enviar mensajes de fiabilidad, atractivo, sociabilidad y
más.
1. Haz que
confíen en ti
En un mundo donde todos
están por sí mismos, ¿en quién podemos confiar? Una señal que sugiere que somos
confiables es la sonrisa. Las sonrisas genuinas envían el mensaje a otras
personas de que somos fiables y por eso pueden cooperar con nosotros. Las
personas que sonríen son consideradas generosas y extrovertidas, y cuando otros
comparten con ellas tienden a sonreir también (Mehu, 2007).
Los economistas
consideran que la sonrisa tiene un valor. En un estudio realizado por Scharlemann (2001), los
participantes estaban más dispuestos a confiar en alguien si sonreía. Este
estudio encontró que una sonrisa puede incrementar la confianza en un 10%.
2. Sonríe por
indulgencia
Cuando la gente hace
cosas malas suele sonreír si son atrapadas. ¿Es esto beneficioso? Según un
estudio conducido por LaFrance y Hecht (1995),
podría ser. Somos más indulgentes con aquellos que han roto las reglas si
sonríen después de hacerlo. No importa si la sonrisa es falsa, una sonrisa
miserable o una verdadera, todas funcionan para que no seamos tan duros con el
transgresor.
Esto parece funcionar
porque encontramos a aquellas personas que sonríen, después de hacer algo malo,
más confiables que aquellas que no lo hacen.
3. Recupérate
de errores sociales
¿Olvidaste comprarle a
tu pareja un regalo de aniversario o el nombre de un cliente importante?
¿Accidentalmente golpeaste a un niño? Si metiste la pata, la vergüenza es la
emoción a representar.
La función de la
vergüenza es sacarte de esos errores sociales (Keltner & Buswell, 1997). La sonrisa de
vergüenza incluye mirar hacia abajo y a veces emitir una risita tonta. Esto
está diseñado para producir empatía en los otros, los haga pensar menos en el
error y te perdonen más rápido.
4. No te
sientas mal
Muchas veces sonreímos
por cortesía, como cuando alguien se entusiasma porque ahorró un poco de dinero
al encontrarse un cupón debajo del sofá. Es difícil justificar esa sonrisa,
pero debes esbozar una de todas formas por cortesía.
5. Ríe para
eliminar el dolor
Sonreír es una de las
formas más efectivas para reducir el estrés que causan distintas situaciones.
Los psicólogos lo llaman “hipótesis de la respuesta facial”. Incluso una sonrisa
forzada, cuando no tenemos ganas de sonreír, es suficiente para mejorar el
ánimo ligeramente.
Una advertencia: sonreír
frente a malas situaciones puede funcionar pero los demás no lo ven bien.
Cuando Ansfield (2007) hizo ver a
participantes videos estresantes, aquellos que sonrieron se sintieron mejor que
aquellos que no lo hicieron. Pero los que sonrieron fueron juzgados como
“desagradables” por los otros.
6. Sonríe
para la inteligencia
Cuando estamos nerviosos
nuestra atención tiende a nublarse. Dejamos de percibir lo que ocurre a nuestro
alrededor y sólo vemos lo que está frente a nosotros. Esto es cierto tanto
metafórica como literalmente: cuando nuestros nervios se estresan somos menos
capaces de pensar en cosas que estén al límite de nuestro razonamiento. Pero
para ser más perspicaz frente a un problema, a menudo necesitamos estas ideas
periféricas.
Sonreír nos hace sentir
mejor, lo que incrementa nuestra flexibilidad de atención y nuestra habilidad
para pensar de manera holística. Cuando esta idea fue probada por Johnson (2010), los resultados mostraron que los
participantes que sonrieron lo hicieron mejor en tareas de atención que
requerían pensar en todo el panorama. Así que una sonrisa puede realmente
ayudarte a mejorar tu inteligencia.
7. Sonríe por
sexo
La sonrisa de una mujer
tiene un efecto mágico en los hombres. Un estudio examinó cómo se aproximan los
hombres a las mujeres en un bar (Walsh & Hewitt, 1985). Cuando una mujer
establecía solamente contacto visual, era abordada el 20% de las veces. Cuando
la misma mujer añadía una sonrisa, era abordada el 60% de las veces.
Pero, cuando los hombres
sonríen a las mujeres, el efecto no es tan mágico. La sonrisa incrementa el
atractivo de las mujeres, pero no funciona tan bien en el hombre. Hay evidencia
de que los hombres se hacen más atractivos a la vista de las mujeres cuando
expresan orgullo o pena que cuando lucen felices (Tracy &Beall, 2011).
Sonreír menos hace que un hombre se vea más masculino.
8. Oculta
lo que piensas realmente
Los psicólogos solían
pensar que una sonrisa genuina nunca miente. Las sonrisas falsas involucran
sólo la boca, mientras que las sonrisas reales –llamadas sonrisas Duchenne por
los psicólogos– hacen que los ojos suban. Investigaciones recientes, sugieren
que el 80% de las personas puede fingir el gesto de los ojos de una sonrisa
real.
Por eso, las sonrisas
pueden ser usadas para esconder lo que pensamos, sin embargo no es fácil fingir
una sonrisa real porque el gesto de los ojos debe estar sincronizado
correctamente con la sonrisa. La clave para una sonrisa de confianza es no
hacerla tan rápida, una sonrisa normal tarda medio segundo en ocupar toda la
cara. Una investigación encontró que es comparación con una sonrisa rápida (una
décima de segundo en ocupar toda la cara), las lentas son juzgadas como más
fiables, auténticas y coquetas.
9. Sonríe
para hacer dinero
Ya vimos que los
economistas han calculado el valor de la sonrisa, pero ¿puede una sonrisa
hacernos ganar dinero? Aparentemente sí: Tidd y Lockard (1978) encontraron que las
personas dan más propinas a las mesoneras que sonríen (no hay estudios en
mesoneros).
10. Sonríe y
(la mitad) el mundo te sonreíra
Uno de los simples
placeres de la vida social, que pasa casi desapercibido por ser automático, es
sonreírle a alguien y que te corresponda con una sonrisa.
Como seguro se habrán
dado cuenta, no todo el mundo responde con una sonrisa. Hinsz y Tomhave (1991)
querían ver la proporción de gente que responde a una sonrisa. Los resultados
sugieren que cerca de un 50% de la gente devuelve el gesto.
Asi que ya sabes, ¡a sonreir!
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