A continuación algunos de los mitos sobre la salud oral más comunes, y que, según la encuesta, predominan en la población. ¿Puede distinguir bien cuál es el mito y cuál es la realidad?
- Mito: Cepillarse
es más importante que usar el hilo dental.
Realidad: Cepillarse, al igual que usar el hilo dental y el enjuague bucal, tienen la misma importancia en el logro de una rutina efectiva para el cuidado de la salud oral.
- Mito: Es
normal sangrar un poco a la hora de cepillarse.
Realidad: El sangrado de las encías es provocado con frecuencia por una enfermedad de las encías, como la gingivitis. Si no se trata a tiempo, la gingivitis puede provocar una forma más seria de enfermedad de las encías conocida como periodontitis o piorrea.
- Mito: Si
se cepilla con regularidad, las caries desaparecerán solas con el tiempo.
Realidad: Aunque el cepillado adecuado, conjuntamente con el uso del hilo dental y el enjuague bucal puede evitar las caries, es necesaria la atención dental profesional para eliminar la caries mediante un empaste.
- Mito: Si
se cepilla con regularidad, la gingivitis o enfermedad de las encías
desaparecerá por sí misma con el tiempo.
Realidad: Además de un cepillado adecuado, el uso regular del hilo dental, el enjuague bucal y las limpiezas profesionales son rutinas importantes para prevenir y revertir la gingivitis.
- Mito: Los
enjuagues bucales refrescan el aliento, pero no logran nada más en
términos de salud oral
Realidad: Hay una amplia variedad de formulas de enjuagues bucales que no sólo refrescan el aliento, sino también fortalecen el esmalte, blanquean los dientes y ayudan a combatir la placa, la gingivitis y los gérmenes que provocan la halitosis o mal aliento.
- Mito: Una
salud oral deficiente no está vinculada a otras complicaciones de la
salud.
Realidad: La salud oral no es algo independiente de la salud general. De hecho, algunos estudios indican que una salud oral deficiente puede estar vinculada a otras complicaciones de la salud como derrames cerebrales, enfermedades cardiacas y diabetes.